sábado, 24 de diciembre de 2011

Tenían razón,


No sé lo que pasa. No lo entiendo, la verdad. Fue de un día para otro, sin dar explicaciones. Pasar de todo, a nada en un instante. Y no sé en que instante, ¿qué paso? Y llevo ya muchos instantes perdidos pensando cual es el que me falta, el momento justo y preciso en el que se ha dado la vuelta el mundo, sin aviso previo.

Un día me dijiste que era genial que hubiera esa sinceridad entre nosotros. Sí, era genial. Repito, era. Porque ahora mismo no se si hay, no hay, habrá, que hay. Sé que algo hubo, no sé lo que, porque ni si quiera llego a entender el porqué del ahora. 
Me han dicho de todo en estos últimos dos días: que sería y que no serías capaz, que si la noche confunde y que el alcohol aturde demasiado, que si es una etapa o que si he sido una ilusa todo este tiempo. He oído muchas versiones de una misma historia, pero aún me falta una. Quiero tu versión, ahora, rápido. Eso es lo que pido por Navidad, mi regalo de última hora. Aunque me acabe doliendo, dudo que sea igual que lo que estoy pasando ahora. Así que, por favor, como antes: que no haga falta que te lo pida, para que sepas que lo necesito.

*duele menos el dolor, que el no saber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario