jueves, 23 de agosto de 2012

My turn (0)


Bien, estoy entera. Tú, el que tomo la decisión de tenerme aquí, y hacer como si no existiera. Si, tú. Ahora me toca a mi. Olvídate de todo, de absolutamente todo. Porque para que me hagan eso, me sobran chicos con los que estar. Y créeme, aunque suene a sobrada; es así. No voy a seguir sufriendo, ni a comerme la cabeza porque, aún no sé porque, no te da la gana de verme. Además, ese va a ser tu problema, no el mio. Cada vez que preguntes por mi, a partir de ahora, vas a tener que ponerte a la cola. Lo siento, has sido tú el que ha decidido que esto sea así.
A ti, te ponía por delante de todo el mundo, de cualquiera. Desde el más pequeño hasta el más importante. Me he vuelto de el verano de mi vida, de mi playa de en sueño, de mis chicos; de eso chicos que, vuélveme a creer, harían cualquier cosa porque les hiciera caso. ¿Y tú que has echo? Ponerme de última, como si no importara. Pues mira, ahora somos los dos los últimos. Por lo menos hacemos algo juntos; si es que no hay mal que por bien no venga. Somos geniales. 

Ahora si, hablando en serio. Olvidarme va ha ser lo mejor que hagas. Porque ahora me iré, pero en cuanto vuelva, tienes exactamente siete días, para demostrarme que aún soy algo para ti. Siete días, ni uno más, ni uno menos. Siete días, una semana entera para que me hagas creer que aún no hemos tocado fondo, y para que yo me lo crea. Siete días, en los que no pienso mover un dedo por ti. Prepárate, porque si ya de por si, soy la persona más orgullosa que te hayas echado en cara, esos siete primeros días de septiembre, voy a ser aún peor. Lo repito: prepárate. Prepárate para las malas caras, los ''es que hoy no puedo, mañana tampoco'', mil risas con otros, cada una que no me he echado contigo. Bueno, tienes esos siete días, si tienes tiempo, claro. 

lunes, 20 de agosto de 2012

Off



No puedo más, estoy harta de competir yo sola. De ser la única que parece creer en esto. NO puedo, joder, no pudo yo sola. A ver si lo entiendes. Hace un puto mes que no nos vemos, ¿y no tienes nada que decirme? Nada, absolutamente nada. Joder, en serio, a veces, te odio, te odio, te odio. Y por favor, no te lo pido, porque no me veo capaz a hacerlo. No te estoy pidiendo un día, un mundo, un siglo para los dos, solo un poco de ti, un poquito. Tan poco como para que me llegue para saber que sigo siendo alguien, no solo un punto y nada más. Joder, nunca nadie había echo que cambiara así de animo, nadie. Y vas tu, con tu puta manía de pasar de todo, de hacerte el duro, de querer crear un puto muro de mierda entre nosotros, y me tiras al suelo. En serio, ahora mismo estoy escribiendo como una loca, sin pensarlo siquiera. De echo, todo lo que me sale de la cabeza, lo estoy pasando por el teclado. Estoy desahogandome aquí, porque no lo puedo hacer contigo. ¿Y porqué no? Porque me estoy perdiendo en tu ''paso de todo''. Me la sopla que lleves todo el verano fuera, yo he dejado la playa, a mil y un chicos, a mis tardes de sol, por ti. Por solo estar dos minutos contigo, ya me llegaban. Pero no, tienes que estar así de gilipollas. Pues lo siento, porque no vas a poder así conmigo. A quien intento engañar, ya has podido. Y joder, joder, joder. Me quiero ir, en serio. Estaba mejor cuando estaba lejos.

Estaba mejor sin ti. Y sé que me voy a arrepentir de decirte esto. Pero es así, y no hay que hacerle. Ahora mismo has conseguido que me sienta como la mierda más grande de todo el universo. Que esa chica de la que una vez me pediste que pasara, sea mucho más que yo en cualquier circunstancia. Y por favor, necesito que me preguntes que tal el día, que he echo. Solo te pido que me digas eso, nada mas. Joder, joder, joder. Porque me dan ganas de llorar, y solo lo he echo una vez, y no me lo voy a volver a permitir. Pero esto apesta, en serio. Y voy a parar de escribir, porque no puedo mas. 

Maybe is not my business.


A veces, me gustaría que me escucharas cuando te pido que lo olvides. No sé, es algo que realmente quiero. Que cuando no estas, cuando me voy, después de despedirnos, antes de vernos; que pudieras escuchar lo que digo en silencio. O lo que no digo. Mejor lo último. Y que no te hiciera falta preguntar.
Luego me doy cuenta de que es verano, y que quizás sea mejor que no lo sepas todo. Puede que si. Que hay que tomarse las cosas con calma, que en invierno hace mucho frío, y que los abrazos son caros. Y que nos queda mucho tiempo por delante para preocuparnos por pequeñas cosas. Pero me gustaría que lo supieras. Y que fuera tan fácil como chasquear los dedos. Igual pido demasiado, o demasiado poco; no lo sé. Pero estaría bien.

Tampoco me importaría saber lo que tu quieres que nunca sepa. Igual es mejor que todo siga como está, pero me gustaría. Es una tontería, pero es mi tontería. Mía, mía y de nadie más. Todo eso es demasiada sinceridad, y no sé si estamos preparados para eso. Necesidad es una palabra que hay que pronunciar con la boca abierta, con todas las letras. Sin espacios, sin comas, sin puntos a parte. Sin pausas. Hay que pronunciarla, y ya está. Pero cuando haga falta hacerlo. 
Así que me seguiré comiendo los puños hasta que acabe el verano. Y que sepas, que de momento, has acertado siempre.