lunes, 20 de agosto de 2012

Maybe is not my business.


A veces, me gustaría que me escucharas cuando te pido que lo olvides. No sé, es algo que realmente quiero. Que cuando no estas, cuando me voy, después de despedirnos, antes de vernos; que pudieras escuchar lo que digo en silencio. O lo que no digo. Mejor lo último. Y que no te hiciera falta preguntar.
Luego me doy cuenta de que es verano, y que quizás sea mejor que no lo sepas todo. Puede que si. Que hay que tomarse las cosas con calma, que en invierno hace mucho frío, y que los abrazos son caros. Y que nos queda mucho tiempo por delante para preocuparnos por pequeñas cosas. Pero me gustaría que lo supieras. Y que fuera tan fácil como chasquear los dedos. Igual pido demasiado, o demasiado poco; no lo sé. Pero estaría bien.

Tampoco me importaría saber lo que tu quieres que nunca sepa. Igual es mejor que todo siga como está, pero me gustaría. Es una tontería, pero es mi tontería. Mía, mía y de nadie más. Todo eso es demasiada sinceridad, y no sé si estamos preparados para eso. Necesidad es una palabra que hay que pronunciar con la boca abierta, con todas las letras. Sin espacios, sin comas, sin puntos a parte. Sin pausas. Hay que pronunciarla, y ya está. Pero cuando haga falta hacerlo. 
Así que me seguiré comiendo los puños hasta que acabe el verano. Y que sepas, que de momento, has acertado siempre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario