viernes, 21 de octubre de 2011

Elegimos lo fácil.


Quien sabe, a lo mejor por intentarlo no perdemos nada. El primer error que se comete es no atreverse a intentarlo. Nos hemos atrevido, ¿no? Y de momento la cosa va bien. De momento. Sí, somos felices, porque lo somos, ¿verdad? Yo sí, y es lo que importa.
Sí, me gusta sentirme guapa, sonreír todo el día si te veo por la calle, que me invites a tomar algo, que me guiñes un ojo. Me gusta, me gusta y me gusta. Y si me pregunta ahora, no lo cambiaría por nada del mundo. Que se parase el tiempo, el tren, que yo me quiero bajar. Quedarme en el anden, viendo pasar los trenes, las oportunidades, sabiendo que he escogido la mejor.

O quizás no. Mi mejor amiga me dice que es un error, que estamos jugando con nosotros mismo sin pretender apostar, pero que alguno va a salir perdiendo. Dice que me voy a acabar enamorando. Que las relaciones sin compromiso acaban mal. Propuesta del mes: demostrarle que se equivoca.
Para eso, tengo dos opciones. La primera, hacer tripas corazón y convertirme en una idiota que se niega a reconocer lo que siente; la segunda, aprovechar al máximo la situación, sacarle provecho hasta el límite, y sonreír cuando todo se acabe.

Lo siento, chico, tengo claro que voy a ser yo la que juegue contigo, no al revés*.
(*si es lo que tenías pensado, claro)



*elegimos ganar los dos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Hasta aquí.


Mira, realmente, no se si estoy echa un lío, si he nacido así, o si me estoy comiendo demasiado la cabeza por una tontería. Por un juego de niños, donde quieras o no, no podemos ganar los dos. Sí, podemos seguir fingiendo que no nos conocemos, mirarnos a escondidas, y negarlo todo, una y otra vez, hasta que sangremos por dentro. Pero yo no sirvo para este juego, lo siento. No se sí te has equivocado de lugar, de momento, o simplemente de chica.
Conmigo no cuentes para jugar a hacer daño, ni para ver a quien se cansa antes. No cuentes conmigo para dar celos, hacer que no nos conocemos, esconderse de la realidad. No, no quiero, no me da la gana; soy así de infantil. Tampoco quiero que me apartes de mis amigas, no me dejes estudiar, quieras saber lo que hago y con quien.
Que me guiñes un ojo, me sonrías como hiciste aquella vez. Con eso, en serio, me llega. No te pido nada más*, ni nada menos.
Solo eso.

(*bueno, y que no me hagas daño.)

lunes, 10 de octubre de 2011

viernes, 7 de octubre de 2011

Sonrisas de papel.


Dicen que la noche confunde. Estoy segura de que eso no tiene nada que ver con la oscuridad, es más por lo que pasa en ella. Es verdad, el alcohol aturde, y te hace ver las cosas de otro modo. Hasta los más pequeños detalles tienen importancia. Y las cosas que parecen fuera de lugar, están en el sitio ideal.
Y allí estaba yo, un martes a las dos. Demasiado bonito para ser contado con palabras y demasiadas palabras para algo que se puede resumir en una sonrisa. Demasiado miedo en decir lo que esta prohibido bajo pena. Ojos bonitos y cuellos con sabor a tostada, ¿qué mas se puede pedir? Quizás, que durase para siempre. Y parar aquel reloj un instante, dos, tres, una vida entera. Recrearse en los detalles, en las cosas que pasaste por alto, en las que olvidaste, en todo; sabiendo que después de ese último tic, no hay ningún tac esperando.

*para guardarlas en rincones secretos, jugando a volver a ser pequeños.

sábado, 1 de octubre de 2011

Miedo,


Dicen que el tiempo nunca se equivoca. De acuerdo, es octubre y hace un sol increíble. Quieras o no, es mal presagio. ¿Desde cuando es así? Nunca, jamás, ni en el cuento más fantástico. En octubre llueve, punto. Es así, una realidad; como una de esas cosas que te enseñan en el colegio, y son así porque sí, y no hay más discusión.

-(...) niños, página ocho, las estaciones. En otoño los días se hacen más cortos, las hojas se caen, llueve y hace frío. Tenéis que sacar las botas de lluvia y los paraguas. Ya no podéis salir a jugar al patio, comer helados (...)

Así que aquí esta este sábado, hoy, en otoño. Con sol, dispuesto a demostrarnos que las cosas no son así porque lo diga los que más saben. Riéndose de la realidad, haciendo que gente como yo, creamos que las cosas, hoy, van a ser justo lo contrario de como iban a ser.

*¿quién dijo miedo?