No todo lo bonito dura para siempre. No todo lo que reluce es valioso. No todo lo que es artificial contamina. No todo lo delicado es caro. No todo caro es rentable. No todo lo diferente es raro. No todo lo sencillo es infravalorado. No todo lo valioso es perfecto. No todo lo emotivo es dulce. No todo lo agrio es despiadado. No todo el mundo es diferente.
No todo lo que se dice es mentira.
Tampoco lo son todas las mentiras que se dicen.
Y así mismo, ni el limón ni el azúcar son iguales, pero tampoco son tan diferentes. Porque lo agrio y lo dulce no son iguales, ni son diferentes. No son improbables ni imposibles.
Son mentira.