
Me gusta viajar. Me encantaría poder recorrerme país tras país, y conocer a mucha gente. Sueño con poderlo fotografiar todo, y dar la vuelta al mundo una vez, y otra, y otra, hasta que no puedan caminar más mis piernas. ¿Te lo imaginas? Estar un día aquí, y al siguiente despertar en a-saber-donde. En una habitación nueva, en una cama nueva, al lado de alguien distinto, con otro acento, otro olor y otra sonrisa. Y después marcharte en silencio, sin dejar ni siquiera una nota al salir de la habitación, de puntillas, con la ropa en los brazos, y una sonrisa en la boca al pensar en que dirá al despertarse, donde te buscará, o si se ha creído la historia que le has contado.
Sería perfecto: en esta ciudad eres la pintora de cuadros modernistas de fama reconocida en Japón que viene en busca de inspiración para su próxima colección; en la siguiente, una loca secretaria a la cual su marido acaba de dejar; y en aquella de allá, una simple estudiante de intercambio que busca alcohol y música alternativa.
Pero en realidad, sé que no soy capaz de hacer eso. De marcharme sin decir nada de un sitio para no volver nunca más si, pero sin poner nada en juego. Porque cada vez que te dejas querer, poner un poco en la balanza. Dos veces, tres, cuatro. Y cuando quieres romper la balanza, todo lo que has jugado se rompe, se destruye, desaparece. Si, pero en tu contra, siempre en tu contra.
*¿soñar es tan perfecto?
precioso!!*** a mi me encntaria hacerlo, pero me psaria eso jajaja no podria... Me encnta!!
ResponderEliminarUn besazo(L)!