sábado, 11 de julio de 2015



Necesito recuperar el control sobre mi propia vida. Necesito volver a respirar justo, y dejarme de rodeos y medias vueltas que terminan siempre en el mismo punto. Necesito dejar de ponerme trabas a mi misma, y encontrar por fin mi sitio. Y dejar de huir. Pero, para ello, supongo, necesito espacio y no solo físico. Necesito estar sola, y estarlo de verdad; lejos de toda substancia que pueda hacerme perder, de nuevo, la cabeza y, sobre todo, el rumbo. Porque ya no puedo permitirme más errores, más haceres que terminan en una nueva y ya íntima vieja amiga espiral, que se consume y me consume hasta los cimientos. Porque cada vez que me derribo a mi misma, me lleva demasiado tiempo volver a levantarme. Y no quiero callarme las cosas, y tener que esconderme en las sombras, ni tener que mirar con temor en los ojos a los que he fallado.
En realidad, no entiendo porque me comporto así. No sé que me lleva a querer destrozarme, y arrasar con lo bueno que hay, de cuando en cuando, a mi alrededor. No es que sea un desastre, es que soy tóxica. Y el problema es que no solo soy tóxica para mi misma, sino que acabo contaminando todo lo que toco. Y si pudiera librarme de ello, volver a comenzar -una vez más- y hacer las cosas del derecho; todo sería más fácil, por lo menos para mí. Pero está claro que ya he agotado las oportunidades que tenía reservadas en esta vida para hacer eso, y que no he sacado nada en claro.

Así que está demostrado que huir no es la mejor opción, y la he usado como la única durante todos estos años. Huir y esconderme, sin dejar que nadie cargara con la culpa de lo que yo hago, y que simplemente piensen que todo está bien, cuando en realidad se está derrumbando. Porque las grietas llevan demasiados años comiéndose las vigas, y no hay cemento ni ladrillos suficientes que lo puedan recuperar. Viendo, entonces, que mi remedio-para-todo no sirve (y nunca ha servido), puede que sea el momento de probar algo nuevo. Pero le tengo pánico a las consecuencias.
Se me ocurre que podría ir con la verdad por delante, pero eso es algo que me va a acabar jugando una mala pasada; nunca he sacado nada bueno de sincerarme, y explicar en que he fallado y cuanto lo siento. Porque está claro que eso solo podría entenderlo alguien que ya hubiera estado, o que esté, en mi situación; y, honestamente, no me entra en el cabeza que haya alguien más que la haya jodido tanto en esta vida. Ni que haya tropezado tantas veces con la misma piedra. Ni que haya fallado tantas veces a tanta gente a la que quiere. 
Y si hubiera un motivo racional, o una explicación lógica, o un mínimo de sentido común, para este comportamiento animal, destructivo, provocador y devastador; por lo menos, podría tener algo de paz. Pero me reconcome la culpa, y no sé como seguir. Me doy asco, y pensar en ello hace que se me revuelvan las tripas. 

Necesito alejarme. Centrarme en algo sano, en algo bueno para mí. En algo que me haga mejor persona, y con lo que pueda liberarme, de alguna manera, de la culpa que reconcome. Y pensar las cosas dos veces, y dejar de guiarme por impulsos que solo hacen que rebote contras las paredes y las esquinas, rompiéndome en pedazos y dejándome la piel en carne viva. Y la que ha quedado más o menos intacta, aunque algo magullada, está preparada para que la arranque a mordiscos a la primera de cambio. Soy un puñetero caos, y no sé como he llegado a ello. Porque no tengo absolutamente nada bajo mi control, y creo que ya sería hora de que empezar a hacerlo; ya tengo una edad, y sigo estancada en los errores que he cometido desde que tengo memoria. No sé si es que soy así por naturaleza, o si soy una jodida cabrona en el fondo de mi ser. Pero me está devorando, y solo quiero pensar que es posible que haya una salida para mí. Alguna ayuda. Algo que me llene y que consiga hacer que toda esta mierda dé un giro total, y que, por fin, todo tenga algún sentido; y ya me da igual cual sea, pero por lo menos, que la  única herida al final de todo esto sea yo, y que sea capaz de frenar antes de que haya daños colaterales.
En sí, lo único que necesito es encontrar un freno, Y comenzar a construir algo positivo sobre el montón de mierda sobre el que reino, de una vez. Porque si es cierto eso de que hay que aprender de los errores, yo ya he cometido los suficientes como para haber aprendido la lección. Así que creo que voy a tomarme este como el último gran error, a hacer borrón y cuenta nueva, y a perdonarme. Porque es lo que necesito. Hacer las paces conmigo misma.
Porque el fondo lo he tocado hace tiempo, y es hora de dejar de arrastrarme por él, y de esconderme para que nadie vez mis vergüenzas. Aunque a estas creo que las voy a dejar en el fondo, y no voy a intentar alejarme lo máximo posible de él, y de todo lo que hace que acabe allí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario