Primer día en casa, un mes después. Resumen. Por lo menos sabes que ya he vuelto, y me has dicho que quieres verme. No sé si realmente lo haces, o si solo es para intentar conseguir que esto avance hasta sabes donde. Por lo menos te has atrevido a mover ficha, a preguntar. Pero con miedo a que te cuente la verdad, quizás. No lo sé, tampoco sé si me importa. Por lo menos haces que crea que te importo, así que no te molestes si parece que tu a mi no.
Porque eso es lo que quiero que parezca, ni más ni menos. Tampoco sé si es lo que quiero. No sé nada, y ahora mismo, no creo que sea un problema. Los problemas no existen si no les das importancia; y le das importancia a cada cosa segundo lo que te importe. Así que, si no te importa, no es un problema. ¿Me importas? No lo sé. ¿Problema? Tampoco. Entonces, ¿qué podemos hacer? Quizás, a ver que pasa en estos días, en estos últimos suspiros de libertad, de podernos escabullir uno del otro sin problema, antes de que llegue el frío y tengamos que vivir condenados a vernos día si, noche también.
Y cuando llegue ese momento, me gustaría tenerlo claro. Gracias.

No hay comentarios:
Publicar un comentario