He vuelto. Quizás no con la mejor de las sonrisas, y con escozor de corazón más de lo debido, pero sigo entera. Hecha y derecha, con la cabeza en alto y haciendo ruido al pisar. Es más, con tacones rotos, para que suenen aún más, por encima de los cabeza-vacía que no quieren escuchar. Pero me van a oír, eso tenedlo por seguro. Puede que no ahora, ni hoy, ni en el futuro inmediato; pero esto no se va a quedar así.
Porque puedo perdonar, pero no olvidar. Es así de simple, una de mis Reglas Sagradas Que No Deben Romperse Jamás Y Bajo Ninguna Circunstancia. Son varías, casi unas cien. Pero todas tienen sentido. Otra es que alguien que te ha echo daño, no merece ni que le mires a la cara. Simple; entendedlo como si hubierais dado algo importante para ti a alguien, y que lo hubieran tirado, pisado con fuerza, con rabia, en los puntos que duelen, por el simple echo de que ya no es nada para él.
Son normas rápidas, fáciles de cumplir.
Hay otra que habla de las segundas oportunidades. No existen, jamás, nunca, bajo ningún concepto.
Pero para eso estamos aquí, para descubrir hasta que punto ya no me duele nada, ni nadie. Que vuelvo a sonreír como me gusta, a bailar en la oscuridad y a cantar en voz alta por puro placer. Voy a descubrir hasta donde soy capaz de llegar, por cumplir la primera de mis RSQNDRJYBNC: disfruta, disfruta la vida al máximo. Gózala, es tuya, y te la han dado por algo. Y no es para siempre, así que cada segundo importa, cuenta, es el primero del fin.
*nunca se ha visto un renacer tan increíble. Esta por ver.

No hay comentarios:
Publicar un comentario