¿Cuándo hemos comenzado a desconfiar de esta manera insana de todo el mundo, perdiendo la fé total en el romanticismo y en las conexiones reales, más allá de los suspiros a quemarropa en la espalda? Supongo que en el momento que hemos pedido la ilusión en descubrir algo nuevo, y que el "aquí-te-pillo-aquí-te-mato" que tanto hemos añorado algunas noches de copas de más, se ha convertido en el nuevo director de orquesta de este nuestro día a día.
Así, no sabes ya que pensar de gestos, detalles, miradas, susurros y apretones de mano, porque todo puede ser lo que no es, o lo que no esperas, o lo que no te imaginas. No sabes cuando dar el paso y dejarte llevar, exponiéndote a que te hagan daño de nuevo. Porque lo peor que nos puede pasar, por lo visto, hoy en día, es que nos ilusionemos, que queramos conocer algo más allá de alguien que solo nos quiere por lo que somos físicamente, pero que no tiene intención de conquistar nada más allá de tus bragas.
Y esto es triste, muy triste. Porque vale que hayamos disfrutado plenamente del misterio y la seducción que conlleva acabar una noche con alguien con el que no pretendes compartir nada más allá de unos instantes y la resaca del día siguiente; pero llega un punto en el que quieres algo más. Quieres sentir de nuevo, y sentirte bien contigo misma. Porque el correr y ganar, jugar en las grandes ligas, ya no te llena; e incluso te planteas como ha sido posible que te llenara en algún momento. Sobre todo, cuando recuerdas como comenzó este juego, y sobretodo, con quien. Cuando lo tuviste todo, y se acabo reduciendo a cenizas y resentimiento. Y quizás te haya dejado tan buen sabor de boca porque había algo más escondido en las entrañas de esos momento tan íntimos, tan nuestros, y tan memorables; porque realmente, había algo más. Y es lo que quiero, volver a tener ese "algo-más" para devorarlo, destrozarlo, revolverlo y volver a retrocerlo. Y repetir, y cansarme mil veces, y volver a ilusionarme mil y una más.
Pero aquí el gran problema es que voy a poner siempre el ojo en aquello que me va a acabar haciendo más mal que bien. O quizás no, pero no se me da bien interpretar las señales; y entonces es cuando siempre acabo igual. Haciéndome daño, y huyendo, antes de que haya la más remota posibilidad de que me lo hagan a mí. Porque, quieras o no, comenzar con esto, implica exponerse demasiado, y dar partes de ti que no tenías pensado. Al menos, de momento; por lo menos, hasta que consiga resolver al ecuación de si me quiere conocer solo un rato, o pretende quedarse algo más. Y mirando hacia atrás (tampoco tan atrás, me bastan con unas pocas horas). no sé si me habré tomado la situación demasiado a pecho. Y quizás lo he hecho, porque he perdido el control.
Tengo que ser yo la que marque las pautas, y dejar las cosas claras. Tengo que ser yo la que diga "hasta aquí" o "sigue", pero esta vez sin buscar excusas. Tengo que ir de frente, arriesgarme a que me tomen por una romántica empedernida que no entiende la vida actual cuando luego es la primera que aplica todas y cada una de sus reglas. Tengo que mandarlo a la mierda.
Porque me respeto, y porque esta rabia que siento ahora mismo voy a tener que acabar canalizándola por algún lado. Porque no puedo seguir así, y aunque hoy he dado un paso más de los que daría anteriormente (tampoco, de nuevo, hace falta irse demasiado lejos para darme la razón), no creo que haya sido suficiente. Tengo que ser yo la directora de esta función, como lo fui en su momento. Que tenga pánico de dar un paso más por si muerdo, y que vuelva a tener los pantalones.
Pero lo que tengo claro, es que no hay derecho a que un tío pueda hacer que me sienta así de utilizada. Ni que me haga dudar de esta manera sobre lo que pienso, o sobre lo que creo que soy. Porque si, realmente es así, acabaré huyendo de nuevo. Y ya se me están acabando los puntos de este país a los que poder huir.
Quiero cerveza, quiero magia, quiero el cielo antes de entregarte nada. Porque estoy segura que entonces, solo entonces, recuperaré una parte de mí que había pensado perdida. Porque entonces.
El problema es el "entonces".

No hay comentarios:
Publicar un comentario